¿Qué te dicen las siguientes frases o palabras?
¿Tu marca es incongruente con la integridad de sus valores?, ¿o por el contrario tu propuesta de valor hacia la humanidad la muestras de forma atractiva apoyándote en herramientas, como el storytelling o el copy, pero teniendo mucho cuidado de apegarte a los principios éticos que requieren?
Hoy te queremos hablar sobre este tema, pero te advertimos, siéntate y arremángate que se vienen curvas.
Marca honesta, suena un poco a ente separado, ajeno, que debería ser honesto por sí mismo ¿a que sí?
Pero lo primero para construir marcas honestas es saber que no lo son por sí solas (por su logo, colores o estética), sino que lo que existe son las personas honestas que conforman una marca.
Las marcas honestas no solo se construyen con buenas intenciones: Hay que currar.
Se habla un montón de la imprescindibilidad de ser TRANSPARENTE: Claro que sí, necesitamos marcas traslúcidas que no oculten o engañen. Ya no es sostenible hacerlo de otra forma, las redes sociales y la globalización de la información no lo permiten y menos aún los consumidores.
Pero, a tener en cuenta: Necesitamos equilibrio entre la privacidad de la marca y la transparencia.
Admitir los errores y ofrecer soluciones: Por otro lado, sería preferible enfocarse en acompañar al cliente a solucionar lo que hemos hecho mal que repletarlo de justificaciones.
“Ninguna marca es inmune a la crisis, pero hemos visto que aquellas que actúan con integridad y honestidad se recuperan más rápido y salen fortalecidas de ella.” Geoff Beattie
Una marca honesta es capaz de comunicarse y conectar con las personas: La marca honesta dice "oye, que mi producto o servicio es la bomba para nosotros, nos gustaría que lo probaras, pero eres libre de decidir si encaja contigo o no. Si lo hace, lo daremos todo, y si no lo hace, ayúdanos a saber por qué".
Para ser honesto no hay que decirlo: Puede parecer obvio, pero a veces nos olvidamos que no necesitamos recalcar nuestra transparencia, sino que las acciones de la marca serán el verdadero medidor.
Como decía Woody Allen, "las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas."
Flexibilidad: He aquí otra etiqueta imprescindible. La flexibilidad permite a las marcas ser maleables, colarse por grietas angostas y difíciles.
Hoy en día, los cambios en el mundo empresarial, en el ámbito económico y organizacional pueden ser abruptos. Jugando la carta de la rigidez nos podemos perder en la baraja y que el jugador nos descarte del mazo. En esta época se requiere de mucha honestidad para PERMANECER.
Los valores: Son los que marcarán la diferencia y encauzarán nuestra marca.
La responsabilidad e integridad corporativa de tu marca (el esqueleto que la edifica) es la semilla que enraizará cómo nos perciba el consumidor, dando como fruto fidelidad y emociones positivas de acogida de nuestro producto o servicio.
No olvides que la implicación de tu marca no termina con la venta. El "si te he visto ni me acuerdo" quedó atrás y debemos enterrarlo.
Si es importante para las personas que nos siguen, debemos permanecer a su lado más allá del día en el que adquirieron lo que ofrecemos.
Si te está costando saber las características que deseas que tenga tu marca te damos un pequeño truco: Investiga sobre las marcas o empresas que no son transparentes, que no basan su camino en la honestidad, Indaga cuáles son sus prácticas y aléjate de ellas.
Tan fácil y tan difícil como eso.
Existe una definición interesante que incluye dentro de sí la mirada humana y centrada en los valores y la honradez de las empresas: LA ESPIRITUALIDAD.
¿Es adecuado institucionalizar esta definición? Suponemos que dependerá de cada cual.
Entendemos que son muchísimos detalles a tener en cuenta, por lo que te dejamos otro tip que no podrás rechazar, básicamente porque no te quedará más remedio: PRACTICA LA PACIENCIA.
Es probable que te tome tiempo saber todas estas cosas de las que te hablamos, ponerlas en su sitio. Así que practica el famoso ensayo y error, pero incluye también la corrección.
Te vamos a contar una historia real que le ocurrió a alguien de nuestro equipo. Nos encantaría que reflexiones y nos digas si es la conducta de una marca honesta o si, por el contrario, huele rarillo:
Esta persona contrató una tarjeta prepago con una compañía telefónica (el nombre no es lo más importante aquí). Después de ser atendida, le indican que tras poner X euros de recarga tendría durante dos meses llamadas ilimitadas y 25 gigas para consumir.
Resulta que a los 28 días comienza a recibir mensajes “Oye te estás quedando sin saldo, venga, haz una recarguita” (esta fue la interpretación de la persona protagonista de la historia).
Tras revisar los detalles ve que hay activadas, de forma pasiva, porque nadie le preguntó, una serie de suscripciones fantasmas a unas revistas digitales que, ¡adivina!... nunca habían llegado.
Se acerca a la compañía a preguntar qué pasaba y comienza la película de terror.
Primero le explican que al ser prepago, no tienen cómo acceder a la información desde sus ordenadores. No decimos que no sea cierto, pero después de indicarles que el usuario sí sabía lo que estaba pasando, empezaron a aparecer los datos en sus ordenadores.
Igual pasó cuando se solicitó que bloquearan estas suscripciones fantasmas. Primero no podían y luego sí.
Un poco extraño todo y, aunque esto hubiese sido cierto, la manera en la que se gestionó la queja del cliente dejó clara la indefensión del comprador porque “por políticas de la empresa” no podían hacer nada para devolver el dinero, ya que esa compañía de las revistas les cobraba a ellos y por tanto ellos le cobran al cliente.
Tampoco podían avisar con antelación que existen esas suscripciones automáticas no deseadas y solo puedes escuchar el clásico “lo sentimos, se escapa de nuestras manos, si lo deseas dame otros X euros y tendrás otros 28 días de gracia”.
No queremos decir que esté bien o mal, ni pretendemos satanizar a las empresas cuyas políticas están marcadas de una forma u otra, pero, la realidad es que la deshumanización y la sensación interna de indefensión dolorosa que experimenta nuestro cliente va a ser un auténtico indicador de que NO REGRESARÁ CON NOSOTROS.
Para finalizar, no pretendemos ser la manzana de la discordia, o un poco sí 😉, pero te queremos hacer una pregunta para que respondas desde la más profunda sinceridad:
Todo esto que pones o pondrás en práctica para tener una marca o una empresa más humana y honesta, ¿lo haces con el objetivo de parecerlo y atraer o de verdaderamente serlo?
Ahí lo dejamos…
Y si quieres aprender sobre Branding Emocional, Storytelling, Marketing con Causa y Marketing Experiencial, te recomendamos la segunda edición de nuestro Máster en Marketing Digital, el único Máster basado en Storytelling, Marketing Emocional y Copywriting.
Si este artículo te ha gustado, espera a ver todos los que vienen a partir de ahora. ¡Queremos sumar en tu día a día! 😉
Por cierto, pst, pst... ¿ya has leído los artículos anteriores del Blog?
Nos encantará que te unas a la familia de alumnos de la Escuela. Cada mes son más los profesionales que quieren seguir aprendiendo para poder mejorar sus negocios, proyectos y marcas personales.
¡Toma una decisión ya! Porque mientras tú lo estás pensando, los demás ya lo están haciendo.
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