La importancia de la diferenciación

Todas las marcas quieren ser apreciadas como únicas y relevantes. Destacar, captar la atención de su público objetivo, fidelizar a sus clientes y ser elegidos por encima de la competencia. Sin embargo, la tarea de construir un modelo de negocio que sea capaz de brillar se vuelve cada vez más ardua.

Por lo que, para sobresalir en un mundo saturado por la cantidad de marcas que existen, y gracias a las altas exigencias por parte de los consumidores, las empresas apuestan por la diferenciación como una estrategia para distinguirse dentro del montón.

El concepto de diferenciación ha evolucionado en el tiempo, así como lo ha hecho el marketing y la publicidad. En el año 1961 fue la primera vez que este término cobró vida. Durante esta época, Reeves Rosser planteó la teoría de la “Proposición Única de Ventas”, donde sugirió que las marcas debían presentar propuestas únicas y diferentes a sus consumidores.

De la misma manera, Philip Kotler habló sobre el concepto de la variable del producto, donde alegó que si a un producto se le aumentan beneficios no tangibles –soporte técnico, servicio post venta, garantías, entre otros-, generan preferencia entre los clientes y diferenciación en el mercado.